No fue un buen día. No quería reconocerlo, pero no había sido un buen día. No pretendía ni siquiera que mejorase. La tratan como si fuera indiferente, y mientras tanto ella va teniendo muchos más miedos de los que ya tiene. Y se siente decaída. Y sin nadie que la ayude. Rodeada de gente, gente extraña. Gente que creía conocer. Ya no ríe. Ahora solo calla y observa. Es poca su articulación de palabra estas semanas. Pero no le importa. Esta aprendiendo. Aprendiendo de las personas. De quien se rodea, y si tan convenientes son para ella. Ella tan solo muestra su cara afable. Buena estrategia. Quien la conoce sabe que prefiere mimos y que estén pendiente de ella. Realmente es una enana, que no sabe de que habla, que no sabe quien es, y que tiene dos mil quinientas preguntas diarias. Podéis considerarla una caprichosa, egocéntrica y manipuladora. Podéis considerarla tonta y sin sentido. Podéis creer que no le importa nada. Podéis creer cientos de inventos sobre ella, o formar vuestra propia opinión errónea. Porque verdaderamente juzgamos sin conocer. Porque verdaderamente nunca se llega a conocer realmente a una persona. Porque necesitamos una vida, para saber quien hay detrás. Ella esta cansada. Ya no le importa mostrarse tal y como es. Se canso de su cara afable. De su estrategia. Ella solo quiere sonreír por cualquier tontería y que la acepten con sus miles de defectos y pocas virtudes. Ella esta siendo ella desde hace tiempo, aunque no os la toméis enserio. Ella solamente quiere aprender. Tiene sed de conocimientos. Y rabia cuando la frenan. Ella tan solo busca su sitio.
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