Como cuando te aparecías sin habértelo pedido. Y venías sin avisar e intentabas hacerme caer de nuevo, una y otra vez en tus redes. Para en cualquier momento volvérmelo a hacer, dejarme atrás, pensando que me quedaría quieta otra vez. Pero esta vez, me eche a correr y escape, y nadie me pudo frenar. Y salí al fin. Y ya no me hipnotiza tu mirada, y tus versos pasados son ahora gritos de espanto. Y lo pude encontrar, a ese especial. Vi como al final fue mejor huir que esperar.
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