Perdí esa magia al escribir, ese enganche emocional entre lector y escritor, ese toque de originalidad en mis textos, en mis incoherencias y tontunas madrugadas. Perdí ese encanto que desprenden los textos de hace meses, han pasado a segundo plano, y cuando intento escribir algo diferente, acabo hablado de lo mismo, de ti y de mi, y de como me encantas. Y sé que lo sabes. ¿¡Veis a lo que me refiero!?
He decidido volver a escribir, a escribirte, sí a ti como siempre, pero esta vez buenos textos, textos de antes, textos en los que mezcle imaginación, ñoñería y a ti. Porque siempre son a ti, desde que tengo memoria de buenas entradas. Son a ti. Traiste contigo el que escribiera bien. Culpable. Por eso a partir de hoy, decisión irrevocable y absoluta (por lo menos esta noche) he decidido solo escribir entradas que merezcan la pena leer, o entradas raras, para días como hoy.
Gracias por hacerme escribir bien, y por estas noches raras en las que decido volver a retomar el blog gracias a ti, sin decir nada en absoluto.
PD: Véase esta como una entrada tonta, en la que no escribo bien y que marcará el comienzo de la "nueva era" del blog.
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