«Cuatro mil días después de aquel año obcecado, detecto que al fin te dignaste a cumplir con la cita inaudible. Y me alegro, y me enfado a la vez.
Después de estudiar con cuidado este caso ejerciendo a la vez de fiscal y abogado, de juez imparcial, sentencio lo nuestro, diciendo que el fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás.
Mirarte de frente. Admito en voz alta que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla sin más a la fosa común.. donde yacen los sueños que nos diferencian.
Tal vez, ¿has pensado en renunciar? Yo aún no.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario