Al final echas de menos incluso lo que veías a través de las ventanas. Caras desconocidas que nunca volverías a encontrar, coches que llevaban demasiado tiempo en el mismo sitio y calles por las que había pasado tanta gente como momentos felices. Y te preguntas si valdría la pena volver una vez más, he incluso sin entender nada de lo que pasaba, lo harías. Y sin dudarlo.
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