22 de septiembre de 2012

Las celebraciones obligatorias. (Aunque yo le cambiaría el título).


Dándose a entender que la gente necesita fechas señaladas para demostrar su admiración hacía sus seres queridos, ya sea madre, padre, pareja, y/u otros familiares hemos llenado el calendario de fechas totalmente superfluas. Tenemos con nosotros ya, una cantidad desmesurada de estas y se podrían definir como obligatorias en algunos casos. Días como el del padre, el de la madre, el de San Valentín, que por cierto creo que ya lo quitaron del santoral, avíseme si vuelve, el del abuelo y muchos derivados, son fechas, completamente frívolas. ¿Necesitamos realmente señalar un día para mostrar nuestro afecto? ¿No es preferible acordarte de un ser querido, porque sí, porque lo quieres y no te hace falta marcar un día en concreto?
Dejando a un lado días como el de la Paz, las fechas históricas, como el 23f, y derivados que no presentan ninguna demostración, material a otra persona, centremos en días como el de mamá y papá.
A todos nos parece muy bonito cuando el niño sale del colegio con un regalito manual para papá o una flor para mamá, pero ya se ve, desde pequeños que los están educando para que si ellos quieren a una persona deben demostrárselo a base de regalos. ¿No es preferible antes de salir a cualquier parte, ir a darle un beso a mamá, o a papá, o a el abuelo porque te sale así, natural, porque quieres, y es un afecto diario, y que no se olvida?
Sinceramente de esta “mala educación”, quizás un poco fuerte la expresión, sacan muchísimo partido los centros comerciales. Ese momento en el que entras en unos grandes almacenes por San Valentín y ves todo con corazones rojos, y a un lado “para él” y al otro “para ella”. Pues yo, prefiero darle un beso a mi pareja, pasar el día sentados en un parque al aire libre, que estar con un tropel de rosas de un lado para otro, para que lleguen todas marchitas por el calor abrasador que hace desde el coche hasta la casa del susodicho.
Respecto a mamá y papá tres cuartos de lo mismo, incluso creo que peor. ¿Qué pasa con el niño que no tiene padres? ¿O solo uno? ¿Y el que tiene un tutor/a? Verdaderamente hay niños que se sienten mal cuando preparan esos regalos, porque no tienen esa persona física a quien dárselos, o se sienten mal sencillamente por el hecho de no presentar ese afecto a uno de los padres, y parece que ellos son monstruos. (Y los monstruos son ellos.) Con respecto a cuando vas creciendo el amor parece efímero y solo capaz de demostrarse en tales días. Yo no necesito un día para regalarle nada a mi madre, si me apetece comprarle un detalle, para que se sienta valorada, ¡estupendo! pero no porque ciertas personas se hayan inventado tres o cuatro fechas para incentivar el consumismo. Aunque en realidad sea contradictorio “se lo compro porque me apetece” ¿y por qué comprarle algo? ¿Ya no nos basta hoy en día con un abrazo? ¿O con una taza de té y una buena tertulia para saber como va todo? ¡Qué hay veces que vivimos en la misma casa y somos extraños!
Educamos a una sociedad consumista, y después nos quejamos de que si la felicidad y el valor de las personas se mide por las pertenencias, y la calidad, y cantidad de regalos que podemos ofrecer a los demás. Nos quejamos de la crisis, el paro, las campañas publicitarias excesivas y el llamado spam, pero a ninguno nos desagrada recibir regalos. Tenemos que aprender a formar personas capaces de decir sobre que es lo que quieren hacer, si son ellos mismos, por propia voluntad, quienes desean hacer esto o lo otro.
Dejo de andarme por las ramas, y para concluir mando un saludo a todos los centros comerciales porque se acercan el día del Padre y de la Madre y no veáis las colas que se van a montar para comprar regalitos, bueno aquí tenéis una que no va a hacerlas.

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