3 de noviembre de 2013

¿Decidir? ¿El qué?

Le preguntaría una vez más por todas aquellas veces que hablamos sin decir nada, por todas esas tardes perdidas en sollozos de las faldas de una quinceañera enamorada. Luego se apagaría por completo, bajaría las luces del plató y meditaría cual sería su siguiente frase. Nunca ha sido demasiado buena tomando decisiones, pero una vez oyó decir a alguien que si no eliges todo sigue igual, nada va a cambiar, aunque el tiempo pase y ni siquiera éste considere la opción de esperarte. 

Yo la oía desde el otro lado del salón, meditando acerca de la historia de siempre. No sabría decir, ni aún mirándola a los ojos, qué es lo que estaba pensando. Solo sabía una cosa con certeza, abandonar para ella nunca era una opción. 

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