24 de noviembre de 2013

Pero hueles a hogar.

Se calló en el umbral de mi falda y eso que ni siquiera llevaba una puesta. 
Se derramó debajo de las sábanas mientras yo sonreía sin articular palabra. 
¿A cuántas habrás matado de la misma forma? 
No sé como se cuentan las horas sin reloj, pero sí como se cuentan nudos en la garganta con las yemas de tus dedos. 


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