25 de diciembre de 2011

Un helado con sabor a nubes.

Parece mentira que puedas hacer que mi día cambie con una sonrisa.
Sé que sabes, que me encanta mirarte. Me encanta ver esos ojos de color indefinido que tienes. Podría pasarme el día acariciando tu pelo, y estando entre tus brazos y no me cansaría. Me basta con que me sonrías para saber que todo esta bien. Que todo va bien.
Hay días en los que quiero poner el mundo a tus pies, y regalarte el cielo. Hay días en los que quiero conseguirte un helado con sabor a nubes, y agua vía Marte.
Hay veces que fabricaría el sitio ideal. Nuestro sitio ideal. Es entonces cuando me doy cuanta que ese lugar perfecto es siempre que estoy contigo.
Serán las fechas, pero me noto más ñoña de lo normal. Pero bueno, sabes como va a acabar esta entrada, ¿no?
Regalándote una y otra vez mil y un te quiero(s).

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