22 de noviembre de 2012

Los días no vividos.

Hay situaciones que no van con ella, para nada, y se siente confundida y no sabe si lo está haciendo bien. Tener la cabeza a dos cosas nunca ha sido malo, si una de ellas es una función vital. Me basta mirarla de un vistazo para saber que no sabe qué tiene que hacer. 
¿Y ahora qué? Sigue con explicaciones que no le piden, y dándole vueltas a treinta mil cosas por segundo. En el fondo sabe que tiene razón. Él siempre tiene razón.


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