17 de noviembre de 2011

Como cuando te dibujaba entre mis sábanas.

Viene sin imaginarmelo y me arropa en mi cama, se acuesta a mi lado, posa sus manos en mi vientre, y noto su aliento en mi cuello. Dejo de pensar como hubiera sido el momento en el que llegaras a mi cama, porque ya estás aquí. Increíblemente perfecto. 
Tras unas vueltas para encontrar la posición correcta, caigo rendida sin más entre las sábanas y tus brazos. Y en un momento despierto, y te siento, y sé que te tengo al lado, y que no es mentira, y que no es otro sueño, como cuando te dibujaba entre mis sábanas, ahora ya estás aquí, a mi lado.
Y girarme de tal manera, en la cual acabemos fundidos en un abrazo, de esos que siempre recordaremos, de esos que no se olvidan.
Y seguidamente empiezo a jugar, recorriendo con mis dedos todo tu cuerpo.
Y te sonrió, y me sonríes.
Y todo dentro de mi cama, entre estás sábanas, en las cual aun yace tu aroma.

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